sábado, 5 de junio de 2010

La esperanza

Ya soy viejo. Ayer le oí decir al ama que todavía podía yo casarme. De ningún modo. No lo pienses. Ya perdí la esperanza de hacerlo con quien quise con toda mi sangre, con quien quise y... con quien quiero. Todo está acabado... y, sin embargo, con toda la ilusión perdida, me acuesto, y me levanto con el más terrible de los sentimientos, que es el sentimiento de tener la esperanza muerta. Quiero huir, quiero no ver, quiero quedarme sereno, vacio..., ¿es que no tiene derecho un pobre hombre a respirar con libertad.? Y sin embargo la esperanza me persigue, me ronda, me muerde; como un lobo moribundo que apretase sus dientes por última vez.

Fragmento adaptado de "Doña Rosita la soltera"
Federico García Lorca

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